sábado, 24 de abril de 2010

Un edificio de botellas de plástico

TAIPEI - Un grupo de arquitectos taiwaneses comprometidos con la conservación del medio ambiente construyen, con la ayuda de la empresa "Far Eastern", un edificio con 1,5 millones de botellas de plástico recicladas.



Centro de exhibiciones

"El edificio, que está diseñado para resistir tifones y terremotos, tendrá 130 metros de largo, 40 metros de ancho y 26 metros de alto, y utilizará 1.5 millones de botellas de plástico recicladas", dijo a Efe Arthur Huang, director de la constructora sustentable "Miniwiz Sustainaible Energy Developments Ltd".



Según la constructora, es el único edificio de exhibiciones del mundo construido con botellas de plástico recicladas. "Nadie en el mundo ha construido un centro de exhibiciones con botellas de plástico", dijo Huang.

Taiwán es uno de los países de mayor índice de reciclaje de botellas de plástico, ya que el reciclaje es obligatorio y no se admite papel, plástico y otros materiales reciclables en la basura normal, agregó el constructor.


El edificio, llamado "Ecoark", que costará $4.22 millones, incluye un anfiteatro, un museo y una cortina de agua que proviene de la lluvia y de los sistemas de aire acondicionado.

Las paredes son translúcidas y permiten la entrada de luz, lo que supondrá un notable ahorro energético, y la construcción con bloques de plástico y esqueleto de acero es altamente resistente. Miniwitz y "Far Eastern" donarán el edificio, el próximo mes, a la municipalidad de Taipei para ser utilizado en la exposición Flora 2010.



jueves, 22 de abril de 2010

Nuevo informe regional de Naciones Unidas:

Región avanza en metas ambientales, pero aumentan la deforestación y las emisiones de dióxido de carbono

América Latina y el Caribe ha progresado en la extensión de áreas protegidas, la reducción de consumo de sustancias que agotan la capa de ozono y la cobertura de servicios de agua y saneamiento



(17 de febrero 2010) Pese a importantes avances en algunas áreas, la continua disminución de la superficie boscosa y el aumento sostenido de las emisiones de CO2 en la región están frenando el cumplimiento del séptimo Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM7) referido a la sostenibilidad ambiental, según un informe elaborado por los principales organismos y agencias de Naciones Unidas en América Latina y el Caribe presentado hoy en México.

El estudio Objetivos de Desarrollo del Milenio: Avances en la sostenibilidad ambiental del desarrollo en América Latina y el Caribe da seguimiento a los avances y dificultades en el cumplimiento de las metas del séptimo ODM en la región.

Estas metas son: incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales, invertir la pérdida de recursos del medio ambiente, reducir la pérdida de biodiversidad, lograr el acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento, y mejorar la vida de los habitantes de tugurios.


Según el informe, entre 1990-2005, la superficie total de áreas protegidas ha crecido en 120%, el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono ha disminuido en 85% y se ha expandido la cobertura de los servicios de agua potable (10%) y saneamiento (17%), aunque con grandes diferencias por área geográfica y niveles de ingresos en cada país. También ha disminuido la población urbana que vive en tugurios en un 31%, pero aún hay 100 millones de personas viviendo en condiciones inaceptables en la región, indica el estudio.

Se carece de estadísticas precisas y comparables para concluir una tendencia en otros indicadores respecto de las poblaciones de peces que están dentro de límites biológicos seguros, los recursos hídricos utilizados y las especies en peligro de extinción. En estos casos el informe destaca la urgente necesidad de un levantamiento sistemático de información que permita una evaluación más precisa de la situación regional.

Donde no hay avances es en la cobertura boscosa y la emisión de CO2. La tasa de deforestación en América Latina y el Caribe duplica el promedio mundial, señala el estudio. Entre 1990 y 2005, la superficie cubierta por bosques en la región se redujo en 7%, equivalente a la pérdida de casi 69 millones de hectáreas.

Un 86% de esta pérdida se registró en América del Sur, especialmente en la Amazonía. Aunque algunos países, como Chile y Uruguay, han incrementado su superficie forestal a través de plantaciones industriales a gran escala, éstas no pueden sustituir las funciones ecológicas y de protección de la biodiversidad de los bosques naturales que han sido eliminados, afirma el estudio.

En tanto, las emisiones de dióxido de carbono debido a la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento han aumentado en términos absolutos. Entre 1990 y 2005, las emisiones de CO2 crecieron cerca de 41%, aunque la relación entre éstas y el PIB descendió levemente. Aún con este incremento, las emisiones totales y per cápita regionales representan una pequeña fracción de las registradas en países desarrollados.

Sin embargo, estas cifras excluyen las emisiones producidas por cambios de uso de suelo y la deforestación, con lo cual el indicador subestima las emisiones de CO2 en la región. Se calcula que a nivel mundial, América Latina y el Caribe es responsable de más de 48% de las emisiones de dióxido de carbono por cambio de uso del suelo, señala el estudio.

A solo cinco años de la fecha establecida para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2015), el informe hace un llamado a incrementar los esfuerzos para avanzar en la sostenibilidad ambiental del desarrollo de la región, adoptar una visión proactiva frente a las nuevas exigencias del cambio climático y ajustar el actual modelo de desarrollo hacia nuevas fronteras de crecimiento con mayor valor agregado e innovación.

El informe fue coordinado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y elaborado en estrecha colaboración con las oficinas regionales de los demás organismos del sistema de las Naciones Unidas, en particular con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).

Cuadro IV.2AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: TENDENCIAS DE INDICADORES OFICIALES DEL SÉPTIMO OBJETIVO DE DESARROLLO DEL MILENIO, VARIACIÓN ACUMULADA EN EL PERÍODO 1990-2005 a(En porcentajes)



Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).a Cada celda registra la tasa de variación acumulada del valor de cada indicador a lo largo del período comprendido entre 1990 y el año más reciente de que se dispone de información.b No existen estadísticas que permitan evaluar cuantitativamente y de manera precisa los indicadores 7.4, 7.5 y 7.7.c PIB a precios constantes de 2000.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El cambio climático en cifras


• Se necesitarían nueve planetas como la Tierra para absorber todo el carbono del mundo si todas las personas llevaran el mismo estilo de vida de gran consumo de energía de los habitantes de los Estados Unidos o Canadá.
• En promedio, 1 de cada 19 personas en un país en desarrollo será víctima de un desastre climático, en comparación con 1 de cada 1.500 en un país de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
• Los 19 millones de habitantes de Nueva York tienen una mayor huella de carbono que los 766 millones de habitantes de los 50 países menos adelantados.
• El cambio climático puede afectar toda la vida de una persona: en Níger, un niño que nace durante una sequia tiene una probabilidad 72 veces mayor de quedar discapacitado que un niño nacido en un periodo normal.
Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano 2007/2008

domingo, 2 de agosto de 2009

"LA CRISTALIZACIÓN DE LA CIUDAD"


Siendo en parte una expresión de angustia y agresión intensificadas, la ciudad amurallada reemplazó una imagen más antigua de tranquilidad rural y paz. Los primitivos bardos sumerios volvían la memoria hacia una edad de oro preurbana, cuando "no había serpiente ni escorpión, ni hiena ni león, ni perro salvaje ni lobo"; cuando "no había miedo ni terror, y el hombre no tenía rival". Por supuesto, esa época mítica no existió jamás y, sin duda, los mismos sumerios tenían oscuramente conciencia de este hecho. Pero los animales ponzoñosos y peligrosos cuya presencia suscitaba sus temores habían adquirido, con el desarrollo del sacrificio humano y la guerra sin freno, una nueva forma: simbolizaban las realidades del antagonismo y la enemistad entre los hombres. En el acto de extender todos sus poderes, el hombre civilizado les dio a estas criaturas salvajes un lugar en su propia configuración.

El hombre primitivo, inerme, expuesto y desnudo, tuvo bastante astucia para dominar a todos sus rivales naturales. Pero ahora, por fin, había creado un ser cuya presencia provocaría una y otra vez el terror en su alma: el "enemigo humano", su otro yo y contrapartida, poseído por otro dios, congregado en otra ciudad, capaz de atacarlo como Ur fue atacada, sin provocación.

La misma implosión que había magnificado los poderes del dios, el rey y la ciudad, y mantenido las complejas fuerzas de la comunidad en un estado de tensión, ahondó también las ansiedades colectivas y extendió los poderes de destrucción. ¿Acaso los mayores poderes colectivos del hombre civilizado no se presentaban en sí mismos como una especie de afrenta a los dioses, a quienes sólo se apaciguaría mediante la implacable destrucción de los fatuos dioses rivales? ¿Quién era el enemigo? Todo aquel que rendía culto a otro dios; que rivalizaba con el poder del rey u ofrecía resistencia a su voluntad. Así, la simbiosis cada vez más compleja que tenía lugar en el seno de la ciudad y en su vecino dominio agrícola fue contrapesada por una relación destructiva y predatoria con todos los posibles rivales; a decir verdad, a medida que las actividades de la ciudad se hacían más racionales y benignas en su interior, se tornaban, casi en el mismo grado, más irracionales y malignas en sus relaciones exteriores. Esto es válido hasta el mismo día de hoy para los conglomerados más extensos que han sucedido a la ciudad.

El propio poder real medía su fuerza y el favor divino por sus capacidades no tan sólo para la creación sino incluso más para el pillaje, la destrucción y el exterminio. "En realidad", declararía Platón en las Leyes, "cada ciudad está en un estado natural de guerra con todas las demás". Esto era un simple hecho de observación. Así, las perversiones originales del poder que acompañaron los grandes avances técnicos y culturales de la civilización, han minado y con frecuencia anulado los grandes logros de la ciudad hasta nuestros propios días. ¿Es simplemente por azar que las más remotas imágenes subsistentes de la ciudad, las que aparecen en las paletas egipcias predinásticas, representen su destrucción?

En el acto mismo de trasformar laxos grupos de aldeas en poderosas comunidades urbanas, capaces de mantener un comercio más vasto y de construir estructuras mayores, cada parte de la vida se convirtió en una lucha, una agonía, un encuentro de gladiadores que se combatía contra una muerte física o simbólica. En tanto que la sagrada cópula del rey y la sacerdotisa de Babilonia en la cámara divina que coronaba el ziggurat recordaba un anterior culto de la fertilidad, consagrado a la vida, los nuevos mitos eran principalmente expresiones de implacable oposición, de lucha, de agresión, de poder ilimitado: los poderes de las tinieblas contra los poderes de la luz, Seth contra su enemigo Osiris, Marduk contra Tiamat. Entre los aztecas, hasta las estrellas estaban agrupadas en ejércitos hostiles de Oriente y Occidente.

Si bien las prácticas aldeanas, con un sentido de mayor cooperación, mantuvieron su vigencia en el taller y los campos, es precisamente en las nuevas funciones de la ciudad donde el látigo y la cachiporra -llamada cortésmente cetro- se hicieron sentir. Con el tiempo, el cultivador aldeano aprendería muchas mañas y evasivas para resistir la coerción y las exigencias de los representantes del gobierno; hasta su aparente estupidez sería, a menudo, un procedimiento para no oír órdenes que se proponía no cumplir. Pero los que estaban atrapados en la ciudad, casi lo único que podían hacer era obedecer, tanto si eran abiertamente esclavizados como si eran dominados más sutilmente. Para conservar su respeto por sí mismo, en medio de todas las nuevas imposiciones de las clases dominantes, el súbdito urbano, quien aún no era un ciudadano pleno, identificaría los propios intereses con los de sus amos. Aparte de oponerse con éxito a un conquistador, lo mejor que puede hacer es unírsele y esperar que a uno le toque algo del botín en perspectiva.

Casi desde su primer momento de existencia, la ciudad, a pesar de su apariencia de protección y seguridad, fue acompañada no sólo de la previsión de un asalto desde afuera sino también de una lucha intensificada en su interior: un millar de pequeñas guerras se hicieron en la plaza del mercado, en los tribunales, en el juego de pelota o en la arena. Heródoto fue testigo ocular de una sangrienta lucha ritual con garrotes entre las fuerzas de la Luz y las de las Tinieblas, que se celebraba en el interior de un templo egipcio. Ejercer el poder en todas las formas era la esencia de la civilización; y la ciudad halló decenas de modos de expresar la lucha, la agresión, la dominación, la conquista... y la servidumbre. Tiene algo de sorprendente que el hombre arcaico volviera su memoria hacia el período "anterior" a la ciudad como si se tratara de una Edad de Oro, o que, como Hesíodo, considerara que cada perfeccionamiento de la metalurgia y de las armas era un menoscabo de las perspectivas de la vida, de modo que el estado humano más bajo fue el de la Edad de Hierro (él no podía prever cuánto más degradarían al hombre las exactas técnicas científicas del exterminio total, mediante agentes nucleares o bacterianos).

Ahora bien, todos los fenómenos orgánicos tienen sus límites de crecimiento y extensión, que son establecidos por su misma necesidad de permanecer autónomos, abasteciéndose y dirigiéndose a sí mismos: sólo pueden desarrollarse a expensas de sus vecinos si pierden las comodidades mismas con las que las actividades de éstos contribuyen a sus propias vidas. Las pequeñas comunidades primitivas aceptaban estas limitaciones y este equilibrio dinámico, tal como las comunidades ecológicas naturales los registran.

Las comunidades urbanas, entregadas de lleno a la nueva expansión del poder, perdieron este sentido de los límites: el culto del poder se regodeaba en su misma ostentación sin límites. Ofrecía los deleites de un juego jugado por puro placer, así como las recompensas del trabajo sin necesidad de la rutina diaria, mediante la rapiña en gran escala y la esclavización al por mayor. El firmamento era el único límite. Tenemos la prueba de este súbito sentido de exaltación en las dimensiones cada vez mayores de las grandes pirámides; del mismo modo que tenemos su representación mitológica en la historia de la ambiciosa torre de Babel, a la que puso fin una incapacidad de comunicación que una escesiva extensión del territorio lingüístico y de la cultura puede haber producido una y otra vez.

Ese ciclo de expansión indefinida de ciudad a imperio es fácil de seguir. A medida que la población de la ciudad aumentaba, se hacía necesario extender la superficie inmediata de producción de alimentos o bien extender las líneas de abastecimiento y aprovechar los artículos de consumo de otra ciudad, ya por cooperación, trueque o comercio, ya por tributo forzado, expropiación o exterminio. ¿Rapiña o simbiosis? ¿Conquista o cooperación? Un mito de poder sólo conoce una respuesta. Así, el mismo éxito de la civilización urbana sancionó los hábitos y reclamos belicosos que continuamente la minaron y anularon sus beneficios. Lo que empezó como una gotita se hinchó forzosamente hasta constituir una iridiscente pompa imperial de jabón, imponente por sus dimensiones, pero frágil en proporción a su tamaño. Carentes de una cohesión interna, las capitales más guerreras se veían presionadas para continuar la técnica de la expansión, a fin de que el poder no volviera a la aldea autónoma y los centros urbanos donde floreciera inicialmente. Este proceso se produjo, de hecho, durante el interregno feudal en Egipto.

Si interpreto correctamente los datos, las formas cooperativas de convivencia urbana fueron minadas y viciadas desde el comienzo por los mitos destructivos y fanáticos que acompañaron, y tal vez en parte causaron, la exorbitante expansión de poderío físico y de destreza tecnológica. La simbiosis urbana positiva fue reiteradamente desplazada por una simbiosis negativa, igualmente compleja. Tan conscientes eran los gobernantes de la Edad de Bronce de esos desastrozos resultados negativos que a veces contrapesaban sus abundantes fanfarronadas de conquistas y exterminio con alusiones a sus actividades en bien de la paz y la justicia. Por ejemplo, Hammurabi proclamaría orgullosamente: "Puse fin a la guerra; promoví el bienestar del país; hice que las gentes reposaran en moradas amistosas; no permití que nadie las aterrorizara". Pero, apenas salieron de su boca estas palabras, comenzó de nuevo el ciclo de expansión, explotación y destrucción. En los términos favorables que deseaban dioses y reyes, ninguna ciudad podía lograr su expansión a menos que arruinara y destruyera otras ciudades.

Así, la más preciosa invención colectiva de la civilización, la ciudad, a la que sólo precede el lenguaje en la trasmisión de la cultura, se convirtió desde el principio en el receptáculo de destructoras fuerzas internas, orientadas hacia el constante exterminio. Como consecuencia de esa tan arraigada herencia, la supervivencia misma de la civilización o, para ser más exactos, de alguna parte considerable e incólume de la especie humana, está ahora en duda; y durante largo tiempo puede seguir en duda, cualquiera sean los arreglos provisionales que se hagan. Camo ya hace mucho lo destacara sir Patrick Geddes, cada civilización histórica se inicia con un núcleo urbano vivo, la polis, y termina en un cementerio común de polvo y huesos, una Necrópolis o ciudad de los muertos, colmada de ruinas quemadas por el fuego, de edificios aplastados, de talleres vacíos, de montañas de residuos inútiles, con la población masacrada o sometida a esclavitud.

Leemos en los Jueces: "Y después de combatir Abimelech la ciudad todo aquel día, tomóla, y mató el pueblo que en ella estaba, y asoló la ciudad, y sembróla de sal". El terror de este episodio final, con su fria miseria y su absoluta desesperación, es la culminación humana hacia la que se dirige la Iliada; pero, ya mucho antes de este episodio, como demostró Heinrich Schliemann, otras seis ciudades habían sido destruidas; y mucho antes de la Iliada se encuentra un lamento, igualmente amargo y sentido, por esa maravilla entre las ciudades antiguas, la misma Ur, un gemido que sale de la diosa de la ciudad:

"Verdaderamente todos mis pájaros y criaturas aladas se han volado,
'¡Ay!, por mi ciudad', es lo que diré.
'Mis hijas y mis hijos han sido arrastrados lejos,
¡Ay! por mis hombres', es lo que diré.
'Oh ciudad mía que no existes más, mi (ciudad) atacada sin motivo,
¡Oh mi (ciudad) atacada y destruida!'"

Por último, considérese la inscripción de Senaquerib sobre la aniquilación total de Babilonia: "La ciudad y (sus) casas, desde los cimientos hasta los techos, yo destruí, yo devasté, yo quemé con fuego. El muro y la muralla exterior, los templos y dioses, las torres de ladrillo y tierra de los templos, todas cuantas había arrasé y tiré al canal de Arakhtu. Por el medio de esa ciudad cavé canales, inundé su solar con agua, y los fundamentos mismos de ella destruí. Hice su destrucción más completa que si hubiera habido un diluvio". Tanto el acto como su moral anticipan las feroces estravagancias de nuestra época nuclear; de lo único que carecía Senaquerib era de nuestra veloz destreza científica y de nuestra maciza hipocrecía que nos permite ocultar, hasta de nosotros mismos, nuestras intenciones.

No obstante, una y otra vez las fuerzas positivas de la cooperación y la comunión sentimental han hecho que las gentes volvieran a los solares urbanos devastados, "para reparar las ciudades en ruinas, la desolación de muchas generaciones". Es irónico -pero también es consuelo- que las ciudades hayan sobrevivido reiteradamente a los imperios militares que, en apariencia, las destruyeron para siempre. Damasco y Bagdad, Jerusalén y Atenas siguen en los mismos solares que inicialmente ocupaban, vivas, aunque poco más que fragmentos de sus antiguos cimientos queden a la vista.

Los desmanes crónicos de la vida en la ciudad bien podrían haber causado su abandono, hasta podrían haber llevado a una renuncia generalizada de la vida urbana y todos sus dones ambivalentes, de no haber sido por un hecho: el constante reclutamiento de nueva vida, fresca y tosca, procedente de las regiones rurales, vida llena de fuerza muscular elemental, de vitalidad sexual, de celo de procrear, de fe animal. Estas gentes de campo vuelven a llenar las ciudades con su sangre y, más todavía, con sus esperanzas. Incluso hoy mismo, según el geógrafo francés Max Sorre, las cuatro quintas partes de la población del mundo vive en aldeas, funcionalmente más próximas a su prototipo neolítico que a las metrópolis muy organizadas que han empezado a hacer entrar a la aldea en sus órbitas y, cada vez con más rapidez, a minar su antiguo modo de vida. Pero no bien permitamos que la aldea desaparezca, este antiguo factor de seguridad se desvanecerá. La humanidad todavía tiene que reconocer este peligro y eludirlo.

del libro "La Ciudad en la Historia" de LEWIS MUMFORD

martes, 28 de julio de 2009

HACIA UNA VIDA URBANA



Los antecedentes de la vida urbana se pueden rastrear 10,000 años atrás, y tal vez todavía antes. Se inició cuando los grupos humanos nómadas se hicieron territoriales, alrededor de recursos alimenticios, agua y sitios protegidos. Esos asentamientos semi permanentes disparan cambios sociales urbanos y éstos, a su vez, modifican la visión de la naturaleza y la relación con el hombre.

La humanidad vive en ciudades desde hace mas de 6,000 años, en ese tiempo han ocurrido cambios sociales tan grandes y el desarrollo del conocimiento del mundo ha sido tan asombroso, que hoy nuestra noción de civilización y cultura está estrechamente ligada a la idea de ciudad. De hecho, las palabras civilización y ciudad tienen la misma raíz latina, y urbanidad es sinónimo de buena educación.

Los habitantes del mundo han decidido vivir en ciudades, tres de cada cuatro personas han nacido o se han trasladado desde el campo hacia las urbes. Este cambio de vida del campo a la ciudad es uno de los hechos más
trascedentes de la historia del hombre, de la evolución de la sociedad y de la relación del hombre con la naturaleza.

Cuando la población humana se hace sedentaria, las ciudades establecen control y dominio sobre el territorio que las rodea y las actividades productivas que se llevan a cabo. Las primeras ciudades eran de carácter agrario y ganadero, dedicadas al cultivo de plantas alimenticias y a la cría de ganado para alimentación y fuerza de trabajo.

Más tarde surgirían las ciudades de carácter administrativo y político, en el centro de grandes imperios cuyo dominio e influencia eran remotas y, por último, aparecen las ciudades industriales, centros de procesamiento y transformación de recursos naturales y materias primas.

El crecimiento de la población humana ha sido enorme durante los últimos cinco siglos y gracias a que se ha refugiado principalmente en las ciudades, han quedado extensas áreas naturales y semi naturales que pueden ser dedicadas a la producción de materias primas y recursos naturales, a la conservación de la diversidad biológica y al mantenimiento de los servicios ambientales que prestan los ecosistemas.

Si la población actual se distribuyera homogéneamente sobre el planeta no quedarían áreas naturales y solo muy pequeñas extensiones para la producción de alimentos y materias primas.

Fragmento del Texto: paisajes en evolución de Sergio Guevara (corresponsal en México. Instituto de Ecología, A.C. MÉXICO.)

domingo, 26 de julio de 2009

UN POCO DE HISTORIA SOBRE EL DESARROLLO SOSTENIBLE


• 1968 - Creación del Club de Roma, que reúne personalidades que ocupan puestos relativamente importantes en sus respectivos países y que busca la promoción de un crecimiento económico estable y sostenible de la humanidad. El Club de Roma tiene, entre sus miembros a importantes científicos (algunos premios Nobel), economistas, políticos, jefes de estado, e incluso asociaciones internacionales.

• 1972 - El Club de Roma publica el informe Los límites del crecimiento, preparado a petición suya por un equipo de investigadores de Instituto Tecnológico de Massachusetts. En este informe se presentan los resultados de las simulaciones por ordenador de la evolución de la población humana sobre la base de la explotación de los recursos naturales, con proyecciones hasta el año 2100. Demuestra que debido a la búsqueda del crecimiento económico durante el siglo XXI se produce una drástica reducción de la población a causa de la contaminación, la pérdida de tierras cultivables y la escasez de recursos energéticos.

• 16 de junio de 1972 - Conferencia sobre Medio Humano de las Naciones Unidas (Estocolmo). Es la primera Cumbre de la Tierra. Se manifiesta por primera vez a nivel mundial la preocupación por la problemática ambiental global.

• 1980 - La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicó un informe titulado Estrategia Mundial para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales,donde se identifican los principales elementos en la destrucción del hábitat: pobreza, presión poblacional, inequidad social y términos de intercambio del comercio.

• 1981 - Informe Global 2000 realizado por el Consejo de Calidad Medioambiental de Estados Unidos. Concluye que la biodiversidad es un factor crítico para el adecuado funcionamiento del planeta, que se debilita por la extinción de especies.

• 1982 - Carta Mundial de la ONU para la Naturaleza. Adopta el principio de respeto a toda forma de vida y llama a un entendimiento entre la dependencia humana de los recursos naturales y el control de su explotación.

• 1982 - Creación del Instituto de Recursos Mundiales (WRI)4 en EE. UU. con el objetivo de encauzar a la sociedad humana hacia formas de vida que protejan el medio ambiente de la Tierra y su capacidad de satisfacer las necesidades y aspiraciones de las generaciones presentes y futuras.

• 1984 - Primera reunión de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, creada por la Asamblea General de la ONU en 1983, para establecer una agenda global para el cambio.

• 1987 - Informe Brundtland Nuestro Futuro Común, elaborado por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo en el que, se formaliza por primera vez el concepto de desarrollo sostenible.

• Del 3 al 14 de junio de 1992 - Se celebra la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Segunda "Cumbre de la Tierra")5 en Río de Janeiro, donde nace la Agenda 21, se aprueban el Convenio sobre el Cambio Climático, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (Declaración de Río)6 y la Declaración de Principios Relativos a los Bosques. Se empieza a dar amplia publicidad del término desarrollo sostenible al público en general. Se modifica la definición original del Informe Brundtland, centrada en la preservación del medio ambiente y el consumo prudente de los recursos naturales no renovables, hacia la idea de "tres pilares" que deben conciliarse en una perspectiva de desarrollo sostenible: el progreso económico, la justicia social y la preservación del medio ambiente.

• 1993 - V Programa de Acción en Materia de Medio Ambiente de la Unión Europea: Hacia un desarrollo sostenible. Presentación de la nueva estrategia comunitaria en materia de medio ambiente y de las acciones que deben emprenderse para lograr un desarrollo sostenible, correspondientes al período 1992-2000.

• 27 de mayo de 1994 - Primera Conferencia de Ciudades Europeas Sostenibles. Aalborg (Dinamarca). Carta de Aalborg'

• 8 de octubre de 1996 - Segunda Conferencia de Ciudades Europeas Sostenibles. El Plan de actuación de Lisboa: de la Carta a la acción

• 11 de diciembre de 1997 - Se aprueba el Protocolo de Kioto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el cual entra en vigor en 2005.

• 2000 - Tercera Conferencia de Ciudades Europeas Sostenibles. La Declaración de Hannover de los líderes municipales en el umbral del siglo XXI9

• 2001 - VI Programa de Acción en Materia de Medio Ambiente de la Unión Europea. Medio ambiente 2010: el futuro en nuestras manos. Definir las prioridades y objetivos de la política medioambiental de la Comunidad hasta y después de 2010 y detallar las medidas a adoptar para contribuir a la aplicación de la estrategia de la Unión Europea en materia de desarrollo sostenible.

• Del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002 - Conferencia Mundial sobre Desarrollo Sostenible ("Río+10", Cumbre de Johannesburgo), en Johannesburgo, donde se reafirmó el desarrollo sostenible como el elemento central de la Agenda Internacional y se dio un nuevo ímpetu a la acción global para la lucha contra la pobreza y la protección del medio ambiente.11 Se reunieron más de un centenar de jefes de Estado, varias decenas de miles de representantes de gobiernos, organizaciones no gubernamentales e importantes empresas para ratificar un tratado de adoptar una posición relativa a la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad.

• febrero de 2004. La séptima reunión ministerial de la Conferencia sobre la Diversidad Biológica concluyó con la Declaración de Kuala Lumpur, que ha creado descontento entre las naciones pobres y que no satisface por completo a las ricas.La Declaración de Kuala Lumpur deja gran insatisfacción entre los países. Según algunas delegaciones, el texto final no establece un compromiso claro por parte de los estados industrializados para financiar los planes de conservación de la biodiversidad.

• 2004 - Conferencia Aalborg + 10 - Inspiración para el futuro. Llamamiento a todos los gobiernos locales y regionales europeos para que se unan en la firma de los Compromisos de Aalborg y para que formen parte de la Campaña Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles.

• 2005 - Entrada en vigor del Protocolo de Kioto sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

• 11 de enero de 2006 - Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo sobre una Estrategia temática para el medio ambiente urbano. Es una de las siete estrategias del Sexto Programa de Acción en materia de Medio Ambiente de la Unión Europea, elaborada con el objetivo de contribuir a una mejor calidad de vida mediante un enfoque integrado centrado en las zonas urbanas y de hacer posible un alto nivel de calidad de vida y bienestar social para los ciudadanos proporcionando un medio ambiente en el que los niveles de contaminación no tengan efectos perjudiciales sobre la salud humana y el medio ambiente y fomentando un desarrollo urbano sostenible.

• 2007 - Cumbre de Bali que busca redefinir el Protocolo de Kioto y adecuarlo a las nuevas necesidades respecto al cambio climático. En esta cumbre intervienen los Ministros de Medio Ambiente de casi todos los países del mundo aunque Estados Unidos de Norte América y China (principales emisores y contaminantes del planeta) se niegan a suscribir compromisos.

miércoles, 8 de julio de 2009

SOSTENIBLE? SUSTENTABLE? DESARROLLO?

A veces las imágenes hablan, gritan,
a veces sorprenden,
a veces duelen, lastiman,
y a veces generan procesos, inducen al cambio…